Un tipo casi normal...

No me gusta que me hablen los taxistas. Tampoco cuando me cortan el pelo. No me gusta que cuando estoy mirando ropa alguien se me acerque y me diga hola, ¿te puedo ayudar? Ni aunque esté buena. Me gusta leer libros de pie en las librerías, aunque me pongo nervioso cuando una chica se pone a curiosear un libro a mi lado. Cualquier día me dará por invitarla a un café. No me gusta el café. Lo de invitarla "a un café" sería sólo por convención, se entiende. Para que supiera que tengo huevos pero que no soy peligroso. Tú me decías eres peligroso, miras hondo. Y yo respondía, te dije que no te convenía quitarme las gafas. No me gusta hablar con desconocidos. Con algunos. El taxista de esta mañana. Sólo me corto el pelo tres veces al año. Tú me llamabas Principito.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Urgencia Primera


Descifrar
en las runas antiguas de los primeros hombres
la fraternidad perdida,
el gesto atávico que nos abrace al otro
como cuando un trueno rajaba al cielo como un Dios
y buscábamos refugio
en otro miedo hermano.


Remover los escombros
(quemamos Roma como Nerón
y todos saben que fuimos nosotros).


Sí, es urgente el único aire ya posible,
el aire nuevo de una humanidad nueva
antes de que las hormigas lleguen
para cargar con nuestros cuerpos
como al último de los Buendía.


Inédito