Un tipo casi normal...

No me gusta que me hablen los taxistas. Tampoco cuando me cortan el pelo. No me gusta que cuando estoy mirando ropa alguien se me acerque y me diga hola, ¿te puedo ayudar? Ni aunque esté buena. Me gusta leer libros de pie en las librerías, aunque me pongo nervioso cuando una chica se pone a curiosear un libro a mi lado. Cualquier día me dará por invitarla a un café. No me gusta el café. Lo de invitarla "a un café" sería sólo por convención, se entiende. Para que supiera que tengo huevos pero que no soy peligroso. Tú me decías eres peligroso, miras hondo. Y yo respondía, te dije que no te convenía quitarme las gafas. No me gusta hablar con desconocidos. Con algunos. El taxista de esta mañana. Sólo me corto el pelo tres veces al año. Tú me llamabas Principito.

miércoles, 9 de abril de 2014

Por eso

Ella no es una chica espectacular, ella es sólo una chica normal que me  flipa.

Porque ella no es campeona del mundo en nada
pero si la pienso fuerte le nacen tragaluces a los techos
y empiezan a moverse solos los columpios de los parques
y empieza a nevar sobre las playas
mientras por la calle
los niños pequeños me miran con sus ojos grandes
como diciéndome
has sido tú, ¿verdad?

Por eso me flipa.

Porque ella mata a las rosas muertas
y hace lazos de cuello de cisne con las agujas del reloj
pero sus ojos no son como los de vuestras novias,
no son de azul laspilázuli ni verde jade,
son vulgares y marrones como los de cualquiera,
y sin embargo cuando ella me mira, me suena La Marsellesa por dentro,
me mira y me ve más valiente que el trueno,
aunque es ella la inconsciente que vuela sin tren de aterrizaje,
kamikaze perdida, hacia mí,
yo antes no era así, me dice,
pero entonces
tú.

Por eso me flipa.

Porque tiene todos los defectos de la mujer verdadera
pero ni un solo lunar por debajo de la clavícula, 
os lo juro, ni uno solo,
os lo digo yo, que los he buscado con lupa y cartabón,
con mapas y sextantes,
y he encontrado a cambio
las huellas de la vida en su piel,
trazos minúsculos de ruedas de bicicleta en sus muslos,
piel de naranja en sus nalgas
que me dicen
yo sólo soy real.

Por eso me flipa.

Porque es el mar que no cesa.

Porque la miro y pienso
que quién quiere princesas
quién quiere trenzas de arcoíris
quién amores de gominolas,
cuando tiene delante los defectos de la mujer cierta
que llora y sangra y suda contigo
las batallas que en tantas otras ocasiones perdimos
pero que quizás, sólo quizás,
esta vez
no.

Jacques y el mar

10 comentarios:

  1. emocionante y precioso...

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  2. Espero que lo sigas recitando cada vez que leas en diablos azules :)

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Hombre, Alex, es uno de mis favoritos, pero cada vez que lea en Diablos no, que os cansáis... ;-)

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  5. Que bonito...También es uno de mis favoritos. Es el que escuché aquel 29 de Octubre,y me encanta muchísimo. Te veré entonces el Martes 2, un abrazo ^^

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  6. Excelente...
    Pocas veces se tiene la oportunidad de leer algo tan sencillamente profundo, real e irreal...
    Felicidades!

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