Un tipo casi normal...

No me gusta que me hablen los taxistas. Tampoco cuando me cortan el pelo. No me gusta que cuando estoy mirando ropa alguien se me acerque y me diga hola, ¿te puedo ayudar? Ni aunque esté buena. Me gusta leer libros de pie en las librerías, aunque me pongo nervioso cuando una chica se pone a curiosear un libro a mi lado. Cualquier día me dará por invitarla a un café. No me gusta el café. Lo de invitarla "a un café" sería sólo por convención, se entiende. Para que supiera que tengo huevos pero que no soy peligroso. Tú me decías eres peligroso, miras hondo. Y yo respondía, te dije que no te convenía quitarme las gafas. No me gusta hablar con desconocidos. Con algunos. El taxista de esta mañana. Sólo me corto el pelo tres veces al año. Tú me llamabas Principito.

miércoles, 28 de octubre de 2015

O


Encontrar el hueco,
la concavidad que nos resguarde de los aullidos
e irnos a vivir a él,
plantar cebollas moradas
en la curva del cielo que hace el boomerang
para regresar a la infancia,
morar la hendidura de un tornillo
para nunca volver a iterar la  duda,
arrugarme contigo
en la elipsis que ahorra
lo innecesario.

Blanca es la ausencia

2 comentarios:

  1. Me ha encantado, por todo lo que no dice y transmite.
    Ha sido una tarde de sobredosis de poesía y este poema me lleva a una pausa. Me quedo con buen sabor. Gracias

    ResponderEliminar