como ojos de feria.
Blanca es la ausencia
No me gusta que me hablen los taxistas. Tampoco cuando me cortan el pelo. No me gusta que cuando estoy mirando ropa alguien se me acerque y me diga hola, ¿te puedo ayudar? Ni aunque esté buena. Me gusta leer libros de pie en las librerías, aunque me pongo nervioso cuando una chica se pone a curiosear un libro a mi lado. Cualquier día me dará por invitarla a un café. No me gusta el café. Lo de invitarla "a un café" sería sólo por convención, se entiende. Para que supiera que tengo huevos pero que no soy peligroso. Tú me decías eres peligroso, miras hondo. Y yo respondía, te dije que no te convenía quitarme las gafas. No me gusta hablar con desconocidos. Con algunos. El taxista de esta mañana. Sólo me corto el pelo tres veces al año. Tú me llamabas Principito.
Vítores, aplausos, abrazos fuertes.
ResponderEliminarPronto podría correrse la voz
de que la felicidad es posible...
y yo te juro que con el poema he sonreído.
Pues si has sonreído, misión cumplida ;-)
ResponderEliminarAbrazo!
Un día de estos van a ilegalizarte...
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