Un tipo casi normal...
No me gusta que me hablen los taxistas. Tampoco cuando me cortan el pelo. No me gusta que cuando estoy mirando ropa alguien se me acerque y me diga hola, ¿te puedo ayudar? Ni aunque esté buena. Me gusta leer libros de pie en las librerías, aunque me pongo nervioso cuando una chica se pone a curiosear un libro a mi lado. Cualquier día me dará por invitarla a un café. No me gusta el café. Lo de invitarla "a un café" sería sólo por convención, se entiende. Para que supiera que tengo huevos pero que no soy peligroso. Tú me decías eres peligroso, miras hondo. Y yo respondía, te dije que no te convenía quitarme las gafas. No me gusta hablar con desconocidos. Con algunos. El taxista de esta mañana. Sólo me corto el pelo tres veces al año. Tú me llamabas Principito.
Por suerte no hay muchas moscas cojoneras sueltas pero siempre se cuela alguna que es capaz de multiplicar su zumbido por mil. Tal vez cuando ellos recitan, en lugar de recibirles con silencio deberíamos ponernos todos a hablar, porque por más que les pides silencio vuelven una y otra vez a abrir la puta boca.
ResponderEliminarEn fin.
¡Salud!
O salirnos todos "a fumar", Oski, jaja.
ResponderEliminarTe aplaudo. Mucho.
ResponderEliminarA mi, particularmente me dan ganas de meterle una patada en la boca a esos seres egocéntricos que faltan al respeto no usando el silencio como muestra de respeto al "otro". Pero no me gusta la violencia, así que todo queda en un fugaz pensamiento inadecuado para una señorita... :)
joder Karim, lo has clavao.
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