Jacques y el mar
Un tipo casi normal...
No me gusta que me hablen los taxistas. Tampoco cuando me cortan el pelo. No me gusta que cuando estoy mirando ropa alguien se me acerque y me diga hola, ¿te puedo ayudar? Ni aunque esté buena. Me gusta leer libros de pie en las librerías, aunque me pongo nervioso cuando una chica se pone a curiosear un libro a mi lado. Cualquier día me dará por invitarla a un café. No me gusta el café. Lo de invitarla "a un café" sería sólo por convención, se entiende. Para que supiera que tengo huevos pero que no soy peligroso. Tú me decías eres peligroso, miras hondo. Y yo respondía, te dije que no te convenía quitarme las gafas. No me gusta hablar con desconocidos. Con algunos. El taxista de esta mañana. Sólo me corto el pelo tres veces al año. Tú me llamabas Principito.
domingo, 25 de mayo de 2014
Nuestra mejor temporada
Jacques y el mar
Te he escrito una "réplica" a uno de tus poemas que más me ha atravesado el corazón (del libro La Nadia que no veis). Te pongo un fragmento:
ResponderEliminar“La primera noche que nos conocimos me dijiste no deberías acercarte más, soy un abismo. Y seguidamente me invitaste a una cerveza” KARIM CHERGUI, LA NADIA QUE NO VEIS, 2014.
(...)
El otro día, salí del metro y sentí vértigo ante la profunda y prolongada estación en curva. Por primera vez puse toda la atención y miré abajo. Tal vez, sí, era la primera vez que miraba allí abajo, tan al fondo y me sorprendió no verme reflejada tan al fondo. Pensé que siempre había estado allí. Pero allí no había nada. Es lo que tienen los abismos, y por eso Karim, yo sí les tengo miedo. No soy un abismo, estoy ante él y me detengo. Además, recuerdo dónde volver a tocarme para encontrar el placer, pero olvido hasta cuánto podría contar delante de él sin precipitarme.
A veces todo se resume en estar dispuestos a saltar. Ser Valiente! (o Inconsciente!).
ResponderEliminar:)
EliminarValientes o inconscientes, atreverse a mirar. Después si acaso, la disposición a saltar.
Exacto.
ResponderEliminar"No se te olvide que estuve dispuesto. Estuve dispuesto a saltar y tú me agarraste la mano en el último momento para decirme no. No. Tenías la mano congelada. Ya te conté que estoy muerta o peor, me dijiste."
Bella estrofa :) Refleja justo la disposición al salto y la (no) necesidad de tener que hacerlo.
ResponderEliminarBien dicho, nada es imposible... pero tampoco necesario...
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